Son muchos los beneficios que se obtienen si braqueamos. Los niños disfrutan de ello a la vez que aprende a medir sus fuerzas y la coordinación necesaria para avanzar. Se estimula en el niño la percepción de los sentidos tanto visual como auditivo. Se promueve el trabajo postural, el movimiento y se fomenta el autocontrol y el conocimiento de su propio cuerpo. En nuestro centro lo practicamos y lo disfrutamos. Con todas las medidas de seguridad que son necesarias pero sin dejar de disfrutar de los beneficios que este ejercicio produce en los niños.
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