Un curso más nos visitaron los Reyes y por unos momentos se respiró la magia de la inocencia que sólo los niños saben transmitir. Sus caras de ilusión de asombro…de miedo a lo desconocido nos hacían volver a la infancia y recordar que no hace mucho tiempo también fuimos niños y a veces, en cierto modo volvemos a serlo o añoramos aquella inocencia. Que esta Navidad esté llena de momentos mágicos y entrañables y el espíritu que llena estas fechas dure siempre en nuestro corazones.
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